Entradas populares

martes, 6 de noviembre de 2012

José Palacio, "el fiel mayordomo de Simón Bolivar


                                          José Palacio, "el fiel mayordomo de Simón Bolivar
      Eumenes Fuguet Borregales


José Palacios, esclavo libre, manumiso, negro barloventeño, cuyo
apellido lo recibió de la familia Palacios y Blanco, formaba parte de
la servidumbre en la Casa Natal de Bolívar, cuando Doña María de la
Concepción, madre de nuestro futuro Libertador le pediría antes de
morir, en promesa, cuidara hasta el final de su vida, al recién nacido
Simón José Antonio. La noble dama fallecería víctima de tuberculosis
el 6 de julio de 1792, contando apenas 33 años de edad, mientras, su
hijo Simón alcanzaba los nueve. Desde entonces, el negro José Palacios
comienza a cumplir su promesa, siempre de forma activa, leal y
sacrificada, para atender al niño, al joven, al adulto y al Libertador
Simón Bolívar, hasta su muerte prematura el 17 de diciembre de 1830.
José Palacios, seis años mayor que Simón, era analfabeta, pero de
memoria prodigiosa; le acompañaría durante largos 38 años como leal
confidente, en buenos o malos momentos, y también, en las desgracias.
Juntos viajaron a Europa en 1803, continente de luces donde conocen
ciudades, incluida Roma, la clásica e histórica urbe donde Bolívar
lanzó a los cuatro vientos su inmortal Juramento en el Monte Sacro, el
15 de agosto de 1805. En 1807, visitan Estados Unidos de Norteamérica.

Durante la Misión Diplomática encomendada a Bolívar por la Junta

Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII, nacida tras los
sucesos del 19 de abril de 1810, le acompañó a Londres, junto a Andrés
Bello y Luis López Méndez. El fiel mayordomo, de invalorable ayuda
espiritual, acompañó al Héroe en momentos de fatalidad y de grandeza,
por ello, estará en los destierros en Jamaica y Haití, así como
también en las campañas emancipadoras en Venezuela, valiéndole
alcanzar la jerarquía de sargento primero, en 1820. José acompañó al
Campeón de la Libertad en la decisiva Campaña de Carabobo y al Sur del
continente hacia Bogotá, Lima, Quito y La Paz. Su afán por atender
diligentemente a Bolívar se manifestaba por la pulcritud de su
vestuario, correcta alimentación, vinos adecuados, perfumes y la
seguridad ante todo, como mayordomo de plena confianza. En 1825, en
Lima, administró la partida asignada por el gobierno peruano al
Libertador. El 25 de septiembre de 1828, la noche del atentado contra
Bolívar en el Palacio San Carlos de Bogotá, los quebrantos de salud
que sufría Palacios, le obligaron a alojarse en una instalación
cercana, situación que le permitió mejor suerte que a los edecanes
asesinados la infausta noche. El 27 de abril de 1830, Bolívar decide
renunciar a toda aspiración de mando; el 8 de mayo, al partir hacia
Cartagena de Indias con pocas pertenencias y 17.000 pesos, intentaría
seguir la ruta Curazao-Jamaica-Europa, para atender su fatigada salud.
De Cartagena se traslada junto a Palacios hasta Barranquilla, región
costeña donde llegaba el 8 de noviembre. El poco dinero que utilizaría
para su partida, Bolívar lo donaba a gente humilde durante la
travesía. el Más Grande Hombre de América, no pudo emprender su viaje
a Europa; a instancias del general Mariano Montilla debió ser atendido
urgentemente a partir del 1ro de diciembre por el eminente médico
francés Alejandro Próspero Reverend, debiendo ser trasladado a la
hacienda San Pedro Alejandrino, propiedad del español Joaquín de Mier
y Benítez. Siendo 10 de diciembre en horas de la noche, en momentos de
lucidez, Bolívar emitía su Última Proclama y dictaba su Testamento, en
cuyo punto octavo, dejaba a Palacios ocho mil pesos como "remuneración
a sus constantes servicios"; los albaceas le entregaron en recompensa
algunos utensilios de plata.

El 16 de diciembre, ya en sus delirios febriles, la última persona a

quien se dirigió Bolívar fue al fiel mayordomo: "Vámonos, vámonos,
esta gente no nos quiere en esta tierra... lleven mi equipaje a bordo
de la fragata", al referirse a una nave puesta a la orden para
llevarlo a Las Antillas. El 17 de diciembre de 1830, siendo la 1:07 de
la tarde, al exhalar su último aliento y convertirse en el caballero
andante inmortal de la historia, en el reducido grupo que acompañaba
al Padre de la Patria en sus últimos momentos, se encontraba el fiel
mayordomo, sollozando en una esquina de la habitación; los asistentes
le oyeron decir: "...se me murió el viejo...". El negro José, entregó
el 22 de diciembre al albacea para su distribución: cuatro viejos
baúles, medallas de oro y plata, algunas armas, condecoraciones,
documentos, manteles, partes de una gran vajilla y algunas onzas de
oro. Pasado el velatorio y entierro en la Catedral de Santa Marta,
Palacios se dirigió a Cartagena donde al gastar el dinero recibido,
debió vivir en la indigencia. En diciembre de 1842, cuando llegaban a
Caracas los restos del Libertador, el noble Palacios estuvo en la
ceremonia junto a la negra Matea. Así, cumplía a cabalidad, con
nobleza, lealtad y sacrificio la promesa que, arrodillado hiciera, a
Doña María de la Concepción Palacios.

(*) Gral. de Bgda.
 churuguarero77@gmail.com

* General de Brigada

lunes, 5 de noviembre de 2012

Bolívar. El Loco de Casacoima

para bcc:
Historia y Tradición
Bolívar. El Loco de Casacoima


          Eumenes Fuguet Borregales (*)


El 4 de julio de 1817, el Libertador vivió uno de sus momentos más
difíciles, cuando casi rodeado por las fuerzas realistas, su
integridad física corrió inminente peligro. Liberada parte de la vasta
e importante región de Guayana el 11 de abril de 1817, gracias a la
exitosa actividad del general Manuel Piar en la batalla de San Félix,
donde funcionó exitosamente el binomio soldado-indio; los primeros con
la caballería e infantería y los segundos con lanzas y flechas. En la
población oriental de El Chaparro Bolívar recibe la fausta noticia del
triunfo, procediendo a apurar su marcha hacia Angostura. Luego de su
llegada el 27 de abril, el 2 de mayo felicita a los bravos soldados y
asciende a Piar a general en jefe, siendo uno de los once oficiales
que ostentaron el máximo grado militar en la Venezuela heroica. Con la
finalidad de lograr el total dominio de la región y la libre
navegación por el Orinoco, el Libertador se dedica a organizar las
fuerzas para eliminar la poderosa flota realista y completar el asalto
a las fortificaciones de Angostura y Guayana la Vieja. El sacerdote y
general caraqueño José Félix Blanco comandante de la Misiones del
Caroní, la cuales comprendían veintinueve comarcas con una población
de veinte mil habitantes, proporcionaba mulas, caballos y alimentos
para el apoyo de las operaciones. Por disposiciones del máximo jefe,
el almirante Luís Brión fundador de la Infantería de Marina y del
Almirantazgo, zarpa el 31 de mayo de 1817 de Pampatar en dirección
desembocadura del Orinoco, con su flota integrada por ocho buques,
entre bergantines y goletas y cinco flecheras, bien armadas y
tripuladas, se encontraba como segundo jefe el margariteño Antonio
Díaz. Bolívar había ordenado al general Arismendi, construir flecheras
en Boca de Tablas del Caroní sector San Miguel, para reforzar la flota
de Brión, supervisados por el porteño Agustín Armario, utilizando los
indios caribes expertos navegantes en el "río Padre", y fortificar la
ensenada del Cabrián. El cuartel general republicano se encontraba
cerca de Guayana la Vieja en un trapiche ubicado en el sector de
Casacoima (hoy municipio con dicha denominación). Calculando la
aproximación de Brión, el Libertador dispone que cuatro flecheras se
movilicen desde el apostadero de San Miguel hacia las bocas del
Orinoco; en esas embarcaciones se trasladan: Bolívar, Carlos
Soublette, Jacinto Lara, Juan Bautista Arismendi y su hijo Miguel,
Pedro Briceño Méndez, miembros del estado mayor y pocos soldados.
Desde las fortificaciones enemigas en Guayana la Vieja, observan el
movimiento procediendo a dispararles y perseguirlos con seis lanchas
cañoneras; estas fuerzas superiores obligan al Libertador dirigirse
velozmente hacia el caño Boca Negra en la orilla derecha del Orinoco.
Casi rodeados por los atacantes, para salvar sus vidas optan por
lanzarse al estero lleno de lodo y matorrales para esconderse. Los
realistas capturan las flecheras y pasan a cuchillo a los tripulantes.
El bravo oficial caroreño Pedro León Torres con dos oficiales, logra
evadirse de la zona y con refuerzos permite la retirada de los
atacantes. En horas de la noche milagrosamente salvados y enlodados
llegan al Trapiche de Casacoima. Bolívar quien se había desprendido de
las ropas para poder movilizarse en el pantanal presentando un estado
febril, recibe una bata y luego de consumir bebidas calientes,
pronuncia unas palabras en forma incoherentes; entre otras cosas dijo:
"Perdí mi uniforme, pero estoy a gusto con esta bata que ustedes me
han regalado. Sin embargo más complacido estaré mañana cuando me
estrene la hermosa camisa de corteza marina que me regaló un cacique.
Debemos estar felices, porque el almirante Luís Brión está cerca y
todo este territorio en que estamos va a ser liberado, y entonces se
salvará Venezuela y la Nueva Granada, y yo los conduciré a todos
ustedes a libertar también a Quito, Perú y a todo el Continente
Americano, allí llevaremos nuestros pendones victoriosos, el Perú será
libre". Los oficiales presentes, mirándose unos a otros pensaban que
es el delirio febril que lo hizo hablar de esta manera y que no estaba
en sus cabales. Dionisio asistente de Bolívar, último en llegar al
campamento, no soltaba un enorme cuchillo, explicaba que:"era para
matar a su excelencia el Libertador, antes que verle prisionero por
los realistas". Un oficial llamó aparte al coronel Briceño Méndez y le
dijo llorando:"Todo está perdido, amigo lo que era toda nuestra
confianza, helo aquí loco, está delirando" El capitán de navío Antonio
Díaz, triunfa contra una flotilla española en Pagallos el 7 de julio;
por tierra el general José Francisco Bermúdez sitia las fortalezas de
Angostura donde se encuentra el general Miguel de La Torre, quien al
verse sin alimentos, sin refuerzos y con demasiadas bajas a causa de
las epidemias, se moviliza el 17 de julio hacia los castillos de
Guayana La Vieja, permitiendo que Bermúdez ocupe Angostura ese día; a
la vez que Brión organiza su flota reforzada con flecheras e indios
caribes. Ante la presión y la falta de logística De La Torre procede a
evacuar en treinta navíos al personal militar y civil que se encuentra
en las fortificaciones de Guayana la Vieja, zarpando el 3 de agosto
con resultados adversos por la maniobra y experiencia del almirante
Luís Brión en el combate de El Cabrián, apoyado por los batallones
Barlovento y Guardia de Honor, colocados a la orilla del río. Las
perdidas españolas fueron de: catorce embarcaciones con setenta y tres
cañones, 1.700 prisioneros, cuantiosas municiones, trescientos treinta
fusiles, 160.000 pesos de plata y 300.000 pesos en cobre; las naves
que pudieron escapar con De La Torre se dirigieron a Trinidad. Con
estas importantes acciones, se logra el libre transito por el Orinoco
hacia el Apure y la Nueva Granada, la salida al mar, y una extensa
zona preparada para el soporte logístico. El Libertador le escribe a
Páez sobre este suceso, expresándole eufóricamente:"Este golpe nos da
una preponderancia eterna, y fija el destino irrevocablemente el
destino de Guayana, Barinas y aún de la Nueva Granada". Bolívar en
Casacoima deliró sobre el futuro de la América hispana, era el
desarrollo de su Juramento de Monte Sacro.

(*) Gral. de bgda.

lunes, 24 de septiembre de 2012

La Sagrada Biblia: Bolivar, Sucre y el Maravilloso No. 7


Trascendiendo la Historia  Nro. 160
La sagrada Biblia, Bolívar, Sucre y el maravilloso Nro.7
                                                           Eumenes Fuguet Borregales (*)

 La Santa Biblia es el libro más antiguo y  mejor documentado que posee la humanidad, traducido en 1.600 idiomas con millones de ejemplares, igualmente tiene una importante relación con el fabuloso número siete, símbolo de la armonía y la perfección, número místico, mágico y poderoso. 7 en hebreo, significa: lleno, suficiente, completo; el número siete es el de  la perfección, Shabbath en hebreo. El número siete es mencionado 737 veces en la Biblia. En el séptimo día, Dios descansó del trabajo de la Creación y bendijo el séptimo día y lo santificó (Génesis). El año sabático ocurre cada siete años en que dejaban descansar la tierra, las viñas y olivares. El año jubilar se presenta cada 7x7 años. Entre la Pascua y el Pentecostés existe una diferencia de siete semanas; la Pascua dura siete días; después de las pascuas, el pueblo de Israel come pan ázimo (sin levadura) durante siete días, ya que levadura significa corrupción (Éxodo). En el Pentecostés se ofrecen siete corderos. Enoc fue el séptimo después de Adán, el segundo fue Noé, quien de siete en siete llevó los animales al Arca, siete días después vino el diluvio, cada siete días Noé soltaba una paloma para ver si se habían secado las aguas; el Arca descansó el séptimo mes (Génesis). Siete son los autores de los títulos de los Salmos: David, los hijos de Coré, Asaf, Hemán Ezraita, Etan Ezraita, Moisés y Salomón. Siete hombres de buena reputación fueron escogidos para administrar la Beneficencia de la Iglesia (Hechos). El Evangelio cuenta que el Señor expulsó siete demonios de María Magdalena. Jesús dijo: "Si un espíritu inmundo sale de un hombre, puede regresar con otros siete espíritus peores". Igualmente manifestó que: "Hay que perdonar setenta veces siete", ya que perdonar siete veces es lo máximo en la espiritualidad y setenta veces siete es la perfección sobre la perfección. A Salomón le tomó siete años construir el Templo de Dios. Había siete días de fiesta de nuestro Señor: Pascua, Panes sin levadura, Primicias, Pentecostés, Expiación, Trompetas y Tabernáculos. Y a los siete días habló el Señor (Ezequiel 3:16). El candelero de la visión de Zacarías tenía siete brazos para siete lámparas. Cuando Israel tomó la ciudad de Jericó, Dios ordenó que marchasen alrededor de la ciudad siete veces. El séptimo año darás comida a los pueblos (Éxodo). Las casas donde haya lepra, quedarán cerradas por siete días (Éxodo). Cuando sea rociado con esta agua de sanación, el séptimo día quedará limpio (Números). Cumplidas siete semanas, ofrecerás al Señor los nuevos frutos de la tierra (Números). Cuando tengas esclavos, el séptimo año déjalos libres (Deuteronomio). Lavase los pies siete veces en el río Jordán, conforme a la orden de Dios (Libro IV de Los Reyes). Porque siete veces caerá el justo y siempre volverá a levantarse (Proverbios). Setenta años son los días de nuestras vidas (Salmos).  Dos milagros de Eliseo fueron sellados con el número 7: el niño que él resucitó de la muerte estornudó siete veces antes de abrir los ojos (2 R. 4:35). Naamán, jefe del ejército del rey de Siria «se zambulló siete veces en el Jordán» antes de ser sanado de la lepra (2 R. 5:14).   Había en la cueva siete leones a fin de que devorasen a Daniel (Profecías de Daniel). El libro del Apocalipsis refiere este número en: las 7 iglesias de Asia, 7 candeleros, 7 estrellas, 7 espíritus de Dios, 7 sellos, 7 ojos de cordero, 7 trompetas; 7 cabezas, 7 cuernos, 7 montañas, 7 reyes, 7 bandejas de oro, 7 ángeles, 7 últimas plagas; 7 reyes, 7 truenos, siete mil muertos del terremoto. Los siete jinetes del Apocalipsis. Las siete copas que se derraman. Jesús en la cruz dijo siete palabras. En Semana Santa los católicos visitan los siete Monumentos y se leen las siete palabras. Los musulmanes recorren siete veces el camino entre las colinas de Safa y Marwah, cerca de la Gran Mezquita.  A Salomón le tomó siete años construir el templo de Dios (1 R. 6:38). Salomón y todo el pueblo dedicaron la casa de Dios. «Entonces hizo Salomón fiesta siete días…» (2 Cr. 7:8) y «habían hecho la dedicación del altar en siete días» (2 Cr. 7:9).  El candelero en la visión de Zacarías tenía 7 brazos para 7 lámparas o 7 brazos para cada una de las 7 lámparas en medio de dos olivos.  El candelabro hebreo tiene siete brazos.  El Libro de la Vida se menciona siete veces en la Biblia.
 Son siete las palabras: "Padre Nuestro que estás en los cielos". Siete fueron las palabras de Jesús  en el Calvario; en Semana Santa se visitan los Siete Monumentos. Los siete sacramentos católicos (Bautismo, Confirmación, Comunión, Penitencia, Orden Sacerdotal matrimonio, Extremaunción). En Mérida en Semana Santa se consumen siete potajes.
Bolívar y el Nro. 7
 BOLIVAR, 7 letras, Nació el mes de julio-7mo del calendario, nació en Caracas (7 letras), Manuela (Sáenz), su  eterna amante-7 letras, Vicente, su padre 7 letras, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad, su nombre completo, 7 palabras. Su única esposa se llamaba María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza (7 palabras). En septiembre de 1813, Intentó 7 veces el canje de los prisioneros de La Guaira ante el jefe realista Domingo de Monteverde, la negativa obligó a Bolívar ejecutar de los prisioneros que allí se encontraban; en 1807. A  los 37 años se le presenta “vejez prematura”. En sus viajes a Europa (1794, 1803 y 1810), Bolívar permaneció 7 años. El artículo 1ro del decreto de la creación de La Orden de los Libertadores dictado por Bolívar en  octubre de 1813, contempla una estrella de 7 radios. El 15 de junio de 1.813 emite en Trujillo la Proclama de Guerra Muerte, 7 años después, en 1820 la elimina con la firma de los Tratados de Armisticio (paz) y Regularización de la Guerra en Trujillo. En 1.814 sale de Caracas y Venezuela por la pérdida de la Segunda República, 7 años después triunfa en Carabobo  y entra triunfante a Caracas. Perú le solicito 7 veces por escrito su liberación. La señora que le regaló el caballo blanco Palomo en Pasto se llamaba Casilda (7 letras). El 7 de abril de 1822 triunfa en Bomboná (8 letras). El Alto Perú en su honor fue denominado el 6 de agosto de 1826 Bolivia (7 letras). Bolívar sale por última vez de Caracas (7 letras) el 4 de julio (mes 7) de 1827. Convocó el 7 de diciembre de 1824 la reunión a realizarse en Panamá. Fundó fuera de Venezuela 7 periódicos: En Lima (La Gaceta del Gobierno y el Pacificador del Perú; en Arequipa (La Estrella de Ayacucho) y en Bolivia (El Constitucionalista, El Argos, El Piloto y la Abeja Argentina). Escribía con el seudónimo de TREMIÑO (7 letras).

viernes, 24 de agosto de 2012


Historia y Tradición
General Rafael de Nogales Méndez
Eumenes Fuguet Borregales (*)

Tachirense de importante trayectoria nacional e internacional; militar de carrera, aventurero, guerrillero, escritor, políglota y demócrata, nació en San Cristóbal el 14 de octubre de 1877, hijo de Felipe Inchauspe y Josefa Méndez, (Inchauspe en lengua vasca significa nogal, de allí el cambio de apellido). Sus padres, lo enviaron a Berlín en 1886 a estudiar letras y ciencias, siguió a Bélgica donde obtuvo el grado de subteniente. En 1898, a los 17 años luchó en Cuba en la guerra hispanoamericana contra las fuerzas norteamericanas donde fue herido; en 1901 ingresó a Venezuela para luchar contra Cipriano Castro; en 1904 participó en la guerra ruso-japonesa donde  fue herido. Regresó a Venezuela en 1904 y 1911, pero la dictadura del General Juan Vicente Gómez lo obligó a salir del país. Participó el año 1914 en la Primera Guerra Mundial, sin perder la nacionalidad venezolana, como miembro del estado mayor turco, por méritos en combate es ascendido a teniente coronel; es recompensado  con  las condecoraciones Cruz Militar de Austria y la Estrella de Mejadich otorgada por el Sultán Califar de Constantinopla; en Persia, al mando de 12.000 soldados del ejército turco, derrotó a 35.000 del ejército armenio, su don de mando le permitió ascender a General de División, participó en acciones militares en Irak, Palestina, Siria y Transjordania. En mayo de 1917 penetró cien kilómetros de las líneas británicas, destruyó instalaciones logísticas y el ferrocarril; a pesar de estar  ser perseguido por cuarenta escuadrones de caballería, regresó sin novedad a los 19 días. En 1919 dejó el ejército turco y se dirigió a Alaska para dedicarse a la pesca de grandes ejemplares, igualmente  en Nevada y California se dedicó a la búsqueda de oro; siguió  a Méjico y se incorporó al ejército de Emiliano Zapata y luego con el legendario Pancho Villa (Doroteo Arango).
En Nicaragua apoyó a César Augusto Sandino en su lucha nacionalista de 1927 a 1933. Tratando de derrocar al presidente Gómez, trató de ingresar nuevamente a Venezuela en 1925 y 1930. Nogales Méndez, cual Quijote andante, se trasladó a Alemania, Inglaterra, Francia y Estados Unidos, gracias a su elocuencia, conocimientos y al dominio del Inglés, Francés y alemán, se convirtió en el centro de atención de las tertulias de los grandes salones; conoció a las grandes personalidades de la época. Escribió para la posteridad en varios idiomas sus conocidos libros: "Cuatro años bajo la media luna" en 1925. "El saqueo de Nicaragua" en 1928 obra que motivó al presidente Franklin D. Roosevelt a retirar sus tropas de Nicaragua; escribe también: "Memorias de un soldado de fortuna".
 A la muerte de Gómez (17-12-1935). Nogales retorna a Venezuela, donde el Presidente el General en Jefe Eleazar López Contreras, le asignó la administración del puerto de Las Piedras en el estado Falcón; de allí es enviado a Panamá en misión oficial para conocer el funcionamiento de la Guardia Nacional para aplicarlo en Venezuela, (El presidente López Contreras fundó el 4 de agosto de 1937 la Guardia Nacional de Venezuela. Fallece en Panamá a causa de una peritonitis el 10 de julio de 1937; nuestro incomparable paisano fue enterrado con honores en Caracas en el Panteón de los oficiales en la Honrosa Situación de Retiro del Cementerio General del Sur el 2  de agosto, El Káiser alemán Guillermo II, al conocer la muerte, ordenó una ofrenda floral, con la leyenda "Uno de los caballeros más valientes y nobles que he conocido": El 11 de noviembre de 1998, un grupo de historiadores, académicos e intelectuales, fundaron en Caracas y luego en San Cristóbal la "Fundación General Rafael Nogales Méndez", para difundir la vida y obra de este demócrata tachirense, de proyección universal.
(*) Gral. de  Brigada                                                                                        churuguarero77@gmail.com                                                                                      
                                                                                                                                              @eumenesfuguet

lunes, 13 de agosto de 2012


Historia y Tradición
Dr. Felipe Larrazábal  “un evangelista del Libertador”
Eumenes Fuguet Borregales (*)
Entre los principales biógrafos del Libertador, conocidos como “los evangelistas”, figuran: Ramón Azpúrua, natural de San Carlos, el general irlandés Daniel Florencio O Leary, y los caraqueños, sacerdote y general de división José Félix Blanco y el abogado Felipe Larrazábal, éste último, nace el 31 de julio de 1816 del matrimonio de Juan Santos Larrazábal y Doña Carmen Betancourt. Los momentos aciagos de la lucha emancipadora, obligan  a la familia trasladarse a Madrid, junto a sus hermanos Juan Manuel y José Antonio realizan los estudios de formación, también los idiomas italiano, francés e inglés, el latín y griego; paralelamente una reciben una excelente preparación musical, continuada al regreso en 1830 con el reconocido profesor Atanasio Bello Montero (1800-1876). A los pocos años los hermanos Larrazábal integraban una agrupación musical dirigida por el profesor Toribio Segura. A los veintitrés años Felipe incursiona en la política nacional, destacándose como buen orador y como articulista; se incorpora al partido Liberal en agosto de 1840, organización fundada por el polémico Antonio Leocadio Guzmán (1801-1884), opuesto al Partido Conservador que gobernaba desde el nacimiento de la República. Obtiene el título de abogado en la Universidad Central de Venezuela en 1842; el interés por promover sus ideas liberales lo motivan a fundar en 1845 su medio impreso “El Patriota”. El general José Tadeo Monagas, opositor de Guzmán, triunfa en las elecciones realizadas en 1846, sin embargo convoca a varios políticos adversarios entre los cuales está Larrazábal,  a quien designa en cargos públicos entre 1848 y 1850;  Diputado ente 1852 y 1854, aporta importante ideas en la discusión de la Ley de Abolición de la Esclavitud, aprobada por el Congreso con el visto bueno del presidente José Gregorio Monagas (1795-1858), hermano de José Tadeo; Ley promulgada el 24 de marzo de 1854. Larrazábal se desempeñó como docente de Derecho Político en la U.C.V; publica su conocida obra “Principios de Derecho Público”. En base a sus investigaciones y material recopilado entre 1850 y 1862 prepara su valiosa obra “Vida y Escritos del Libertador” editada en 1864. Sin olvidar su formación musical, funda en Caracas el año 1868  el Conservatorio de Música. El general Antonio Guzmán Blanco (1829-1899), conocido como “El Ilustre Americano” hijo de Antonio Leocadio, llega al poder en 1870 por un período de siete años (Septenio). A partir de ese año se inicia un distanciamiento entre ambos políticos por el  cambio autocrático que  tomaba Guzmán. Larrazábal se reúne con Matías Salazar “Matiítas”( 1828-1872), para conspirar contra Guzmán Blanco; éste se comporta benévolamente, desterrándolos en 1871 a Curazao, dándole veinte mil pesos a Matías y diez mil a Larrazábal; dinero que ambos aprovechan para comprar armas y preparar una invasión. Las acciones militares las inicia “Matiítas” por el Arauca a comienzos de 1872, entre Cojedes y Carabobo, culminando con el fracaso en Tinaquillo y Nirgua. “Matiítas” es capturado y fusilado cerca de Tinaquillo  el 17 de mayo de 1872; sin considerarse que estaba eliminada la pena de muerte con el conocido Decreto de Garantías emitido por el Gral. Juan Crisóstomo Falcón el 18 de agosto de 1863. Larrazábal desde Curazao mediante la publicación de panfletos arreciaba sus ataques contra Guzmán. Ante las amenazas que recibía y sus bienes confiscados en Venezuela,  opta dirigirse desde esa isla hacia Nueva York, con la idea de zarpar rumbo a Francia, donde esperaba obtener recursos para la publicación de sus obras. Sin embargo, un destino trágico le esperaba, ya que el 23 noviembre de 1873, pierde la vida al chocar en aguas del Atlántico los buques “Ville du Havre” donde se encontraba y el “Lacharn”; el ilustre paisano llevaba cerca de tres mil folios manuscritos sobre diferentes investigaciones históricas y musicales; escribió sobre asuntos jurídicos y económicos. Considerado con mucha razón como uno de los músicos y compositores más sobresalientes que tuvo nuestro en el siglo XIX, Una de sus obras fundamentales: “Trío para piano, violín y violoncelo”. El destacado escritor Rufino Blanco Fombona (1874-1944), reedito los dos primeros volúmenes  y el tercero  salió a la luz gracias a la acuciosidad del editor Don José Agustín Catalá (1915-2008). Felipe Larrazábal nos legó un verdadero manantial de conocimientos y una permanente lección de civismo y honestidad. En varias ciudades, instituciones educativas se honran llevar su esclarecido nombre.
(*) Gral. de Bgda.                                                                                              eumenes7@gmail.com

jueves, 26 de julio de 2012

Discurso con motivo de la fecha natal del Libertador


Discurso con motivo de la fecha natal del Libertador
Ante todo deseo expresar mi sincero agradecimiento a la Directiva de la digna Sociedad Bolivariana del estado Carabobo, por la gentil invitación para disertar sobre la importante fecha cumpleañera del más grande de los caraqueños, de los  venezolanos y americanos, con que el nuevo continente presenta a la admiración del mundo y de todos los tiempos. Bolívar y glorioso pasado nos congregan en esta Casa de Páez, antigua residencia con historias y leyendas no olvidadas; en el “Parte de la Batalla de Carabobo dirigido al Congreso”, el Libertador escribe: “EL bizarro general Páez a la cabeza de los dos batallones de su división y del regimiento de caballería del valiente coronel Muñoz, marchó con tal intrepidez sobre la derecha del enemigo que en media hora todo él fue envuelto y cortado… y yo, en nombre del Congreso, le he ofrecido en el campo de batalla el empleo de General en Jefe de ejército”.  
El 6 de enero de 1827 en su último viaje a Venezuela, procedente de Puerto Cabello en su periplo desde Lima, al llegar a Valencia, Bolívar escribe al Gral. Pedro Briceño Méndez: “A Páez le tengo la más absoluta confianza, yo respondo con mi vida por su fidelidad”.
Un retrato espiritual muy acertado que dibujara Andrés Eloy Blanco, el “Poeta del Pueblo” explica: “A través de Páez se llega inmediatamente a Venezuela, No hay un personaje que se haya parecido más a su autor,  no hay un patriota que se haya parecido más a su Patria y  no hay un guerrero  que se haya parecido más a su campo de batalla”. Recordamos palabras del jefe realista Pablo Morillo en comunicación a las autoridades españolas: “Dadme a un Páez y cien mil llaneros y le pongo Europa  a sus pies”.  
 Venezuela ha dado para sí y para la humanidad  cinco grandes embajadores. Francisco de Miranda, el más universal de  nuestros paisanos, único militar en el mundo que ha luchado en tres continentes y en tres revoluciones, único americano cuyo nombre está inscrito en el Arco de Triunfo de París. Antonio José de Sucre, el caballero de la historia, el prócer más puro de la independencia americana, precursor del Derecho Humanitario Internacional y de la ingeniería militar en Venezuela. Don Andrés Bello,  “Padre de la gramática castellana”,  actualizará en 1847 lo escrito por Antonio Nebrija  el creador de la lengua castellana en 1492. Don Simón Rodríguez, “Samuel Robinson”, pionero de las escuelas técnicas en América y Simón Bolívar, estratega, escritor, diplomático, filósofo, conservacionista, comunicador social, abogado, legislador, visionario Padre de seis naciones, el más grande de los americanos de todos los tiempos y por antonomasia el Libertador, del cual nos referiremos en su fecha natal.
Hace doscientos veintinueve años en la residencia familiar ubicada entre las esquinas de Traposos y San Jacinto de la apacible Caracas colonial, vio la luz primera Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios. Si bien llegó al mundo "en cuna de oro", y engrosó su fortuna con un aporte de su padrino y pariente, el padre Juan Félix Jerez-Aristiguieta y Bolívar, al instituir a su favor un rico patrimonio conocido en la historia como “Vínculo Aristiguieta”, paradójicamente  murió alejado en San Pedro Alejandrino, velado con una camisa prestada del general José Laurencio Silva, y tras una recolecta de ochenta y dos pesos para cubrir los gastos mortuorios, fue enterrado en fosa ajena en la Catedral de Santa Marta. Al momento del bautizo en la Catedral de Caracas el 30 de julio, su padre deseaba llamarlo Pedro, pero el presbítero Jerez y Aristiguieta propuso el nombre de Simón, por ser Simón, su quinto abuelo, el primer Bolívar en llegar a la América y Simón su cuarto abuelo, el primer Bolívar nacido en este continente.
Al tenerlo en los brazos y antes de echarle el agua bendita, el presbítero exclamó: ¿Quién sabe que será este niño cuando crezca? .La familia Bolívar era devota del augusto misterio de la Santísima Trinidad; una piadosa costumbre señalaba, que el niño al nacer debía llevar el nombre del santo correspondiente al día de su nacimiento, muchos pensaban que había nacido el 28 de octubre, día reservado a San Simón y San Judas Tadeo; de allí que el onomástico del Libertador se celebraba por todo lo alto cada 28 de octubre desde 1817 por disposición del general Carlos Soublette.
En 1919 se elimina como día de fiesta nacional para evitar confusiones con la verdadera fecha que es el 24 de julio. Es bueno acotar que la única institución que mantiene el 28 de octubre como fecha onomástica del Libertador, es la Sociedad Bolivariana de Venezuela, que cumple la noble, activa y afanosa misión de estudiar y divulgar los postulados del ínclito Padre de la Patria, por sobre toda acción obstaculizante, cuya vida estuvo llena de altibajos, como la balanza de la Dama Ciega de la justicia, signada por la gloria y la desgracia. Sin llegar a los 10 años, ya era huérfano de padre y madre; sentimiento que le inspiraría en 1825 en Chuquisaca, dictar un decreto para proteger la infancia:"... gran parte de los males de que adolece la sociedad, proviene del abandono en que se crían muchos individuos por haber perdido en su infancia el apoyo de sus padres". Bolívar hablaba y escribía el francés e italiano; entendía suficientemente lo que leía del inglés; conocía a fondo los clásicos griegos y latinos que había estudiado.
En Madrid conoce a María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, con quien se casa prontamente, trayéndola a Venezuela. Pero, la desdicha de nuevo se le hizo presente, al enviudar antes de cumplir un año de matrimonio. Destrozado espiritualmente regresa a Europa, donde se reencuentra con Simón Rodríguez, su viejo maestro Robinson, con quien compartió sueños políticos; sostenía ideas constantes, por cuya realización lucharía incansablemente, haciendo honor a su palabra empeñada en plena juventud, la tarde del  15 de agosto de 1805 de la eterna Roma, en la colina de Monte Sacro,  en presencia de Don Simón Rodríguez y su primo Fernando Rodríguez del Toro, lanza a los cuatro vientos su  principal juramento de no descansar su brazo y su alma, hasta tanto no ver a la América libre de las cadenas que la oprimían por voluntad del imperio español. Antes de jurar, preguntó a Don Simón: ¿Si en esta fragua  homérica, yo arrojara mi alma que es de hierro y oro, que surgiría maestro?... Robinson le contesta: … ¡la libertad!   Igualmente estudiamos que Bolívar realizó y cumplió otros juramentos; el 22 de enero de 1803, jura no volverse a casar; en septiembre de 1812, encontrándose emigrado en Curazao se deja crecer los bigotes, quitándoselos en Potosí el 26 de octubre de 1825, y el 17 de diciembre de 1823 en el cerro de Santa Apolonia en Cajamarca al norte del Perú, ante una cruz de piedra donde ajusticiaron a Atahualpa en julio de 1533, jura defender la raza indígena.  El escritor Rufino Blanco Fombona en su obra “Las Mocedades de Bolívar”, apuntó que: “A los príncipes los educan para ser reyes, a Bolívar lo educaron para vivir libremente, él exageró un poco y se convirtió en Libertador”.
 Nuestro homenajeado logra la emancipación en un medio solo propicio a la desigualdad  y al despotismo. La historia del mundo no presenta ejemplo más brillante de fortaleza de espíritu que la encarnada por nuestro egregio paladín. Otro cualquiera hubiera desistido de  la lucha planteada por la ansiada como inexistente libertad; su grandeza es reconocida y proclamada por los más famosos escritores. Él no estuvo presente en Caracas, el memorable 19 de abril de 1810 por encontrarse confinado con su hermano Juan Vicente, en sus propiedades de los valles del Tuy, por órdenes del capitán general; pero al hacerse presente en el escenario épico, se desprendió de su fortuna, salud y comodidades para recorrer 65 mil kilómetros para dar libertad a casi cinco millones de kilómetros cuadrados, representados en una manojo de seis naciones. Son conocidas sus acertadas palabras en la Sociedad Patriótica el 3 de julio de 1811: ¿Trescientos años de calma no bastan?... ¡Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana!... ¡Vacilar es perdernos!; esta arenga sirvió para motivar al valenciano Miguel Peña, quien en misión de la Sociedad Patriótica se dirigió al Congreso, logrando enterrar con su discurso las dudosas convicciones de los Diputados Constituyentes, quienes deciden tratar con firmeza el asunto de la declaración de la independencia, materializada el glorioso 5 de julio, cuando empezamos a ser venezolanos, antes éramos denominados españoles americanos. Destaca como estratega militar al iniciar sus campañas en el Bajo Magdalena en diciembre de 1812 con apenas setenta voluntarios. En Cúcuta inicia el 14 de mayo de 1813 la fulgurante Campaña Admirable, matizada con la proclama de Guerra a Muerte en Trujillo el 15 de junio de 1813. Realizando exitosas acciones bélicas, llega victorioso a Caracas el 6 de agosto de 1813; la municipalidad le designa el 14 de octubre capitán general de los ejércitos con Título de Libertador, ante lo cual agradecido, contesta el día 18: “Libertador de Venezuela, título más glorioso y satisfactorio para mí que el cetro de todos los imperios de la tierra”. El 2 de enero de 1814 en un discurso dado en la iglesia de San Francisco en Caracas nos dejó un axioma: “Un soldado feliz no adquiere ningún derecho para mandar a su patria. No es el árbitro de las leyes ni del Gobierno; es el defensor de su libertad”. En su conocido  Manifiesto de Carúpano  el 7 de septiembre de 1814 indica: “Yo os juro, o Libertador o muerto”. A pocos meses de estar desterrado en Jamaica escribe el  6 de septiembre de 1815  a Henry Cullen, un “Caballero de la isla”, su famosa “Carta”, en la cual expuso su amplio criterio sobre la situación hispanoamericana, pasada y actual, con definido valor sociológico, alto contenido político, militar y visionario.
Una de sus grandes hazañas militares como estratega, fue la de la Campaña de la Nueva Granada, iniciada el 27 de mayo de 1819 en los llanos apureños; la representa haber  ascendido el Páramo de Pisba a casi  cuatro mil metros de altura; aplicando el Principio de la Guerra de la Sorpresa, atraviesa senderos rodeado de barrancos y peñascos, que apenas posibilitan la marcha. El frío aterrador, la lluvia y granizo, fueron condiciones adversas que obligó darles palizas a los soldados para superar el soroche o "mal del páramo". La caballería llegó sin caballos, sin armas y nada que les molestase. Sobre esta odisea, relata Andrés Eloy Blanco: “un soldado preguntó a otro ¿tienes frío?, para que frío si no tengo cobija; así de recios son nuestros insomnes soldados llaneros, que ante los grandes problemas, anteponían su voluntad de vencer. Ya en Socha, Bolívar reorganiza su ejército para triunfar en Gámeza, Pantano de Vargas y Boyacá el 7 de agosto.
En otra genial estrategia, la Campaña de Carabobo, concluida el 24 de junio de 1821, planificada y ejecutada con tal habilidad, que pudo concentrar en San Carlos 6.500 soldados, mientras varios jefes realizaban misiones de distracción de las fuerzas realistas en Caracas y San Felipe.  En varias ocasiones Bolívar estuvo en Valencia, el 13 de agosto de 1811 a las órdenes de Miranda, al ocupar la Plaza Mayor, donde nuestro “Siempre Precursor” colocó por primera vez en combate terrestre la gloriosa Bandera ondeante, que luego estará al frente en cuatrocientos noventa combates; lo acompañaba, el joven capitán de dieciséis años Antonio José de Sucre, futuro Gran Mariscal de Ayacucho. Por esa gesta, aquí, en Carabobo, estamos con una deuda histórica: “colocar en la Plaza Bolívar de esta ciudad, una placa que recuerde a la presente y futuras generaciones este importante hecho histórico”.
Bolívar vivió uno de los momentos más difíciles el 4 de julio de 1817 al estar rodeado de fuerzas realistas en Casacoima hacia la desembocadura del Rio Orinoco, al permanecer varias horas en sus aguas.  Al ser rescatado en la noche, bajo estado febril, pudo decir a sus compañeros: “todo el territorio donde estamos será liberado, y entonces se salvará Venezuela y la Nueva Granada; yo los conduciré a libertar Quito, Perú y todo el continente americano”. Los oficiales presentes, estupefactos, mirándose unos a  los otros comentaban en voz baja: “todo está perdido. Lo que era de nuestra confianza, helo aquí loco y delirando”. Que equivocados estaban; en Casacoima, Bolívar  visualizaba en 1817 proféticas inspiraciones, el futuro le daría la razón. El memorable 15 de febrero de 1819, el Libertador presenta ante el soberano Congreso reunido en Santo Tomás de Angostura, su elocuente discurso conocido como el ”Mensaje al Congreso de Angostura”, obra de alta factura por su contenido político, educativo, social, moral y humanístico, allá expuso los fundamentos del proyecto de constitución; aún estudiado en el Derecho. En el referido mensaje que forma parte de sus Documentos Fundamentales, aboga de nuevo por la libertad de los esclavos, por la organización de los gobiernos y exalta los principios democráticos; nos dejó la admirable sentencia del Poder Moral junto a la educación, por ser los polos de la República, aspectos que mantienen y acrecientan su vigencia; con sobrada razón se dice que las enseñanzas del Libertador constituyen la Biblia de los pueblos. Este gran escrito, es considerado el primero de los diez mil conocidos, y que al ser analizado por la Real y Pontificia Universidad de San Marcos de Lima, le concede el 3 de junio de 1826,  el título efectivo de Abogado, no honorífico, en cuyo acto, expresó ante las altas autoridades universitarias, magistrados y representantes del gobierno y de la iglesia:
“Al  pisar los umbrales de este santuario de la ciencia, yo me siento sobrecogido de respeto y temor, y al verme ya en el seno mismo de los sabios varones de la célebre universidad de San Marcos, me veo humillado entre hombres envejecidos…desnudo de conocimientos y sin mérito alguno, vuestra bondad me condecora con una distinción que es el término y la recompensa de años enteros al estudio”. Bolívar consideraba que; “La justicia es la reina de las virtudes ciudadanas, porque es la que conserva la República”. Desde Pativilca-Perú le escribe el 15 de enero de 1823 al general porteño Bartolomé Salom: “La impunidad de los delitos, hace que estos se cometan con más frecuencia; al fin llega el caso, en que el castigo no basta para reprimirlos. En lo social nos dejó su visión, “El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política.
La lucha contra el flagelo de la corrupción, fue una de las más grandes preocupaciones del “Padre de la Patria”, consideraba que el único medio de erradicar este delito era mediante la elaboración y aplicación de severas leyes. El 11 de septiembre de 1813, sitiando al castillo San Felipe de Puerto Cabello, firma un Decreto de aplicación a los defraudadores de la renta del tabaco: “Todo aquel que fuere convenido de haber defraudado los caudales de la Renta Nacional del tabaco, será pasado por las armas y embargados sus bienes”. El 12 de enero de 1824 en Lima decreta: “ Todo funcionario público a quien se le conviniere en juicio sumario por haber malversado o tomado para sí los fondos de diez pesos para arriba, queda sujeto a la pena capital. Los jueces a quienes según la ley, compete este juicio, que en su caso no procediesen conforme a este decreto, serán condenados a la misma pena”. Como hábil diplomático, creyó que los conflictos internacionales, se debían arreglar a través de la consulta popular, tal como lo realizó en Guayaquil y el Alto Perú, puso sobre el tapete el principio del Equilibrio del Universo, muy adelantado para la época, mediante el cual, ningún país por poderoso que fuera podía someter a uno más pequeño, señalaba la autodeterminación de los pueblos y la no intervención. Fue el primero en proclamar el arbitraje como forma de lograr la paz y la justicia. El 7 de Diciembre de 1824, dos días antes de que se librara la batalla de Ayacucho,  cursó una “Invitación a los gobiernos de Colombia, México, Río de La Plata Chile y Guatemala, a formar el Congreso de Panamá para  sentar las bases fundamentales de las relaciones que unan a los países de la América; nuestro nuevo destino es consolidar la existencia independiente de nuestros países”.  
Fue el primero en proponer el principio de territorialidad romano del Utis Possidetis iuris; es decir, que los nuevos estados surgidos tendrían como fronteras las que le corresponderían a las colonias españolas en 1810, provisionalmente hasta la existencia de un tratado.  El 15 de enero de 1824, postrado en un banquillo, en delicado estado de salud recibe en Pativilca a Don Joaquín Mosquera, quien al verlo en tan lastimosa condición física, le pregunta al ilustre enfermo. ¿Libertador…y ahora… que piensa usted hacer?; sacando fuerzas del alma contestó sin inmutarse ¡triunfar! …y triunfó seis meses después en Junín. Trasladándose del Perú hacia La Paz, el 2 de agosto de 1825 hace un alto en Pucará situada a cuatro mil metros de altura, allí el distinguido jurista y poeta José Domingo Choquehuanca, ante el pueblo reunido frente a la iglesia expresó: “Con los siglos crecerá vuestra gloria, así como crece la sombra cuando el sol declina”.
El Libertador emocionado desmonta del brioso corcel y quitándose la capa exclamó: Mi capa es grande para todos, pero para este genio es chica”. Bolívar pudo sacar tiempo para divulgar sus ideas como comunicador social; en carta a Fernando Peñalver le dice el 1ro de septiembre de 1817: “La imprenta es tan útil como los pertrechos en la guerra y ella es la artillería del pensamiento”; en Angostura funda el 27 de junio de 1818 “El Correo del Orinoco”. Fuera de Venezuela fundó siete periódicos; en algunas ocasiones utilizaba seudónimos como Juan Tremiño, Filo Díaz o El llanero Maturinés.
El caudal léxico, se calcula en 16.000 voces, tomando en cuenta que el del conocido escritor y dramaturgo inglés William Shakespeare era de 15.000 y el Miguel de Cervantes y Saavedra autor de Don Quijote de la Mancha era de 24.000.
El gran caraqueño” en sus escritos, discursos y conversaciones, reflejaba su acendrada manifestación de fe cristiana. Encontrándose en la biblioteca de la hacienda San Pedro Alejandrino, le dijo al respetado español don Joaquín de Mier y Benítez: “Jesucristo, Don Quijote y yo, hemos sido los grandes majaderos de la humanidad”. En sus últimos momentos terrenales, antes de convertirse en el “caballero inmortal andante de la humanidad”, informa a sus leales acompañantes: “Dios me llama, tengo que prepárame para darle cuenta, y una cuenta terrible ha sido mi agitada  vida, y quiero exhalar mis últimos suspiros en los brazos de mis antiguos compañeros, rodeado de sacerdotes cristianos de mi país y con el crucifijo en la mano”.
Al Padre de la Patria, le dolió en su alma, ver desmoronarse  cual castillo de naipes, la obra más querida de su corazón, la República de Colombia, conocida como “Colombia la Grande o La Gran Colombia”, nacida el 17 de diciembre de 1819, a la que consagró veinte años de esfuerzos. La herencia recibida del Libertador, no fue sólo la de un haz de naciones libres, también su preocupación por la conservación del ambiente, de la minería y de la fauna, varios decretos dictó para estos importantes aspectos.
Su memoria la apreciamos en pinturas, mármoles y bronce, porque su figura inmortal pertenece a los tiempos y los pueblos, indicándonos que debemos luchar por mantener la libertad, la paz y la democracia. Tenso aún por las ingratitudes, en carta dirigida el 9 de noviembre de 1830 desde Barranquilla al general porteño Juan José Flores, le indica: “Quién lucha por una revolución ha arado en el mar”, pero al internalizar la vida y obra de nuestro insigne paisano, concluimos que no aró en el mar, más bien sembró surcos de: Independencia, moral, paz, justicia y unión.  
Ya es tiempo de bajar a Bolívar de las estatuas y tenerlo a nuestro lado, hombro a hombro, como un gran ciudadano en su verdadera dimensión humana. Aunque muchos lo sienten en la boca cuando se expresan de él, pocos lo sienten en el corazón, Bolívar es un libro abierto que nos invita a cada momento a concluir su obra de levantar a Venezuela sobre un pedestal de corazones.
Al comenzar la disertación mencionamos a  nuestros grandes embajadores ante el mundo, todos ellos murieron en ingratas circunstancias, fuera del suelo que los vio nacer; de allí que el ingenio de Andrés Eloy Blanco escribiera: “Yo no sé qué pasa en Venezuela, en el medio, en el centro, en la placenta…que el hijo bueno muera afuera y el malo adentro”
Señores.                                                                                     Valencia 24 de julio del 2012

                                                   Eumenes Fuguet Borregales,
Gral. de Bgda.
Vicepresidente de la Academia de Historia del estado Carabobo