Valenciano
Enrique Bernardo Núñez, "Primer Cronista de Caracas"
Eumenes
Fuguet Borregales (*)
Hijo de la ciudad del Cabriales,
periodista, gran novelista, cuentista, historiador, cronista, poeta,
diplomático, extraordinario en la narrativa, escritor, crítico; nacido el 20 de
mayo de 1895, hijo de Don Enrique Núñez y Doña Isabel María Rodríguez. Realiza
estudios elementales en el Colegio Católico, ubicado en la hoy Casa Páez; en el
Colegio Requena y el Colegio Federal. Desde pequeño mostraba sorprendente
inclinación por la poesía, que le permite recibir halagos y premios.
Trasladado a Caracas en 1910 por poco
tiempo realiza estudios de medicina y derecho en la Universidad Central, pero
la crisis económica familiar obliga a suspenderlos, y recurrir a labores
distintas a su naciente vocación de escritor.
Con su primera obra escrita en 1918,
"Bolívar Orador", inicia su
capacidad de escribir en grande, logrando obtener un premio en los Juegos
Florales. Ese año también publica "Sol Interior". El destino le
perfila periodista, ansiada profesión mal remunerada en la época. Sus artículos
son publicados en El Universal, El Nacional, El Heraldo, La Esfera y el Nuevo
Diario, así como también en las revistas Élite y Billiken.
"Después de Ayacucho" sería
su segunda novela, publicada en 1920. El 4 de marzo de ese año se casa con
Mercedes Cimodocea Burgos procreando tres hijos.
Enrique Bernardo es designado en
1925, Secretario General de Gobierno del Estado Nueva Esparta. Sin descuidar
sus altas funciones políticas, funda el periódico "Heraldo de Margarita". Allá se inspira para escribir una de
sus grandes novelas, "Cubagua",
tierra primigenia de Venezuela la cual concluye en 1931, cuando es designado
Secretario General de Gobierno del Estado Anzoátegui.
Controversial novela resultó "La Galera de Tiberio" relacionada
con el Canal de Panamá, obra por él lanzada al río Hudson en gesto de simbólica
protesta. De regreso a Caracas es designado para ejercer cargos diplomáticos en
Colombia, Cuba y Panamá, donde escribe para los principales diarios recibiendo
críticas favorables por su impecable escritura y contenido.
En 1938 va en misión consular a
Baltimore. Regresa al año siguiente para trabajar como traductor en el
Ministerio de Relaciones Exteriores, mismo año cuando edita "Una ojeada al
mapa de Venezuela". Escribe en 1943 "El Hombre de la levita",
dedicado a Cipriano Castro. En 1944, con su brillante pluma y estilo, produce
"Arístides Rojas, Anticuario del Nuevo Mundo", dedicado al insigne y
valioso médico, historiador y periodista del cual es asiduo lector. En 1945 el
Ilustre Concejo Municipal del Distrito Federal lo designa "Cronista Oficial de la Ciudad de Caracas",
convirtiéndose en el primer cronista de Caracas. Escribe en 1946, "El
nombre de las esquinas de Caracas". El 24 de junio 1948 es designado
Miembro de la Academia Nacional de la Historia, ocupando el Sillón
"N", dejado vacante por el fallecimiento del Dr. Diego Bautista
Urbaneja. En Buenos Aires es reconocido como Miembro Correspondiente Honorario
de Argentina.
Con su crónica "Caracas, ciudad
de los techos rojos", escrita en 1948, obtiene el Premio Municipal de Prosa. Por la excelencia de sus obras
novelísticas, este digno valenciano es comparado con Don Rómulo Gallegos
(1884-1969), a quien admiró siempre. Su estilo se equipara al del Dr. Arturo
Uslar Pietri (1906-2001), al cubano Alejo Carpentier (1904-1980) y al
guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1899-1974). Como siempre sucede, nadie es
profeta en su tierra, pero en el exterior su producción literaria es muy leída
y solicitada. El 1ro de abril de 1950 gana el
Premio Nacional de Periodismo "Juan Vicente González" como Mejor
Columnista.
Como Cronista editó la revista
"Crónicas de Caracas", destacando la ciudad de antaño, de hoy y de
siempre. Apegado al terruño natal, lo visitaba con frecuencia, recorriendo
sitios de sus remembranzas, visitas a familiares y amigos, sin olvidarse de la
Virgen del Socorro. Escribe en 1955 "Fundación de Santiago de León de
Caracas" y "Contribución a los
trabajos preparatorios del Cuatricentenario
de Valencia", especial recopilación de artículos publicados en diarios
caraqueños y en El Carabobeño para tan magna fecha. El Orador de Orden fue José
Rafael Pocaterra.
Enrique Bernardo Núñez fallece en
Caracas el 1ro de octubre de 1964, contaba sesenta y nueve años de edad. En su
honor y recuerdo, la Convención Anual de la Asociación Nacional de Cronistas de
Venezuela (ANCOV), realizada en Punto Fijo el 20 de mayo de 1986, a propuesta
del Dr. Germán Fleitas Núñez, Cronista de La Victoria, designa la fecha
natalicia de Enrique Bernardo Núñez, como "Día Nacional del Cronista
Oficial", a quienes felicitamos por su valiosa labor. Igualmente se
instituyó un Botón de Honor con su preclaro nombre, de intensa y fecunda obra.
El Concejo Municipal de Caracas
instituyó el Premio Municipal al Patrimonio Histórico. En Valencia, una plaza
en el Paseo Cabriales, instituciones educativas y una ciudadela en San Diego,
recuerdan su memoria, de quien como narrador se exaltaría a la posteridad, colocando
en alto el bien mantenido gentilicio valenciano.