Entradas populares

domingo, 27 de enero de 2013



Historia y Tradición

Baralt, primer hispano miembro de la Real  Academia de la Lengua Española

Gral. Eumenes Fuguet Borregales 

 El 3 de julio de 1810  nace en Maracaibo este destacado representante de las letras, publicista: literato, filólogo, periodista, ingeniero (primera promoción) e historiador, cuyas obras han sido elogiadas en España, Francia y reconocidas ampliamente en Venezuela; hijo de Don Miguel Baralt y Doña Ana Francisca Pérez; de niño es trasladado a Santo Domingo a la residencia familiar de su madre, allá permanece hasta comienzos de 1821. De regreso a su natal Maracaibo,  el 24 de julio de 1823, pudo observar el desarrollo triunfal de la batalla naval del lago. En 1826 su familia lo envía a Bogotá a estudiar en el prestigioso colegio San Bartolomé, residenciándose en el hogar de su tío Luis Baralt, senador ante el Congreso grancolombiano. Obtenido el título de bachiller en Derecho Público, regresa a Maracaibo en 1828; desempeña funciones administrativas en la milicia marabina a la orden del prócer margariteño, el general en jefe Santiago Mariño, con quien participa en 1830 en la Campaña de Occidente, paralelamente recopilaba material  para preparar sus futuras obras, que pronto lo convertirían en un prestigioso investigador, historiador y escritor.
En Caracas despliega sus cualidades intelectuales, dándose a conocer con los pensadores de la época. En 1835 al lado del sabio Dr. José María Vargas, se desempeña  como teniente de artillería durante la conjura de "Las Reformas", que pretendía derrocarlo de la presidencia, es el primer presidente civil de Venezuela. Por su lealtad y eficiente desempeño, Baralt fue ascendido a capitán. Su  conocimiento histórico le permitió complementar los trabajos cartográficos de Agustín Codazzi, con quien viajó a París el 11 de julio de 1840 junto al pintor Carmelo Fernández, sobrino de Páez y Ramón Díaz, a objeto de  revisar y supervisar la impresión de su obra de tres tomos "Historia Antigua y Moderna de Venezuela". De vuelta en Venezuela le reconocen sus  valiosos aportes, y en tal medida le solicitan estudiar y presentar sus recomendaciones sobre la problemática limítrofe entre Venezuela y la Guayana Inglesa; a tal fin viaja a Londres en 1842 en calidad de asesor del embajador Alejo Fortique (1797-1845).
De la capital inglesa se traslada a España, donde permanecerá  hasta sus últimos días; realiza  extensa producción literaria de tal manera, que sus obras se encuentran en cada biblioteca de España y en algunos países europeos. En Sevilla busca documentación sobre el litigio con Guayana Inglesa. En 1843 entre tantas obras importantes, publicó "Adiós a la Patria", donde denomina a Maracaibo "La tierra del sol amada". Nuestro egregio paisano  es solicitado para escribir sonetos, odas, poemas y poesías, publicados en medios impresos españoles  desempeñándose como redactor de fina pluma. Su obra "Poesías" escrita en 1848, es ampliamente conocida, al igual que "Programas políticos, "Lo Pasado y lo Presente" y "Libertad de Imprenta".
Al perfeccionar sus conocimientos de la lengua española produjo en 1850 "El Diccionario Matriz de la lengua castellana"; en 1855 publica "El Diccionario de Galicismo”, con prólogo del prestigioso escritor español Juan Eugenio Hartzenbusch (1806-1880), intensa producción que por su hondocontenido aún ejerce influencia en la España,  puesta al día en 1945 por el conocido político y orador, Niceto Alcalá Zamora (1877-1949). Los méritos y capacidad de Baralt como escritor acucioso, facilitan su ingreso como Individuo de Numero de la Real Academia de la Lengua Española, el 15 de septiembre de 1853,  ocupando el sillón "R", vacante de Juan Francisco Donoso Corté, instaurado en 1714. Su discurso de incorporación fue catalogado por el eximio escritor Marcelino Menéndez y Pelayo (1856-1912), como una verdadera obra maestra.
El ejecutivo español lo designa "Ministro Residente Honorario, Comendador de la Gran Cruz de Carlos III" y Director de la Gaceta Oficial de Madrid, a cuyas responsabilidades se agregó la administración de la Imprenta Nacional en 1854. En Santo Domingo lo designan en 1857 Ministro Plenipotenciario ante España, con la misión de lograr el reconocimiento oficial;  su nombramiento  no es aceptado, sometiéndole a los tribunales respectivos. Al quedar absuelto de las acusaciones y exaltada su figura, Baralt permaneció en Madrid hasta el 4 de enero de 1860, cuando fallece a causa de una penosa enfermedad a la temprana edad de cuarenta y nueve años; un año antes de morir, su testamento confirmaba la donación de su amplia biblioteca a Santo Domingo, país que lo había declarado "Hijo Ilustre", en 1859. Por disposición del Ejecutivo Nacional, sus restos ingresaron al Panteón Nacional el 23 de noviembre de 1982.
Tierra del sol amada, /donde, inundado de su voz fecunda,/ en hora malhadada, /y con la faz airada, /me vio nacer que te circunda.

jueves, 24 de enero de 2013



Historia y Tradición
Padre Luís María Padilla y el Porteñazo del 2 de junio de 1962

Eumenes Fuguet Borregales (*)

El 2 de junio de 1962 sucede en Puerto Cabello una fallida insurrección cívico-militar que buscaba derrocar al presidente Rómulo Betancourt. En el sector  La Alcantarilla, sector de la calle Urdaneta y puerta de entrada a la ciudad, en pleno combate apareció el osado fotógrafo del Diario La República Héctor Rondón, "el fotógrafo que le disparó a la muerte", quien se hace acreedor en 1963 de importantes  premios, entre ellos el “World Press Photo” y el “Pulitzer mención fotoperiodismo”, el único recibido en Venezuela, compartido con el conocido escritor William Faulkner en el área de literatura. La foto en cuestión que le dio la vuelta al mundo, fue tomada en el preciso momento cuando el Padre Luís María Padilla, sostenía en sus brazos a un soldado moribundo leal al gobierno.
El recordado presbítero se desempeñaba como capellán militar de la Base Naval y Párroco de Borburata; nacido en la población de Montalbán el 21 de enero de 1902 (en el Diccionario de la Fundación Polar aparece 1901), siendo sus padres Sebastián Padilla y Brígida María Rivas (en el mencionado Diccionario aparece de apellido García), fue bautizado  por el Pbro. Dr. Elías Bello  en la Parroquia de la Inmaculada Concepción el 24 de agosto de 1902. El apreciado Presbítero y mejor amigo, Luis Manuel Díaz, Miembro Correspondiente de la Ilustre Academia de Historia del estado Carabobo, Vicerrector Académico del Seminario de Valencia y Capellán Militar de la 41 Brigada Blindada de Valencia, en un valioso trabajo, nos ilustra algunas facetas de nuestro biografiado.
El futuro “servidor de Dios”, Inspirado en el pueblo natal por los consejos del Sacerdote y Dr. Manuel María Bacalao, ingresa al Seminario de Valencia, continuará su formación sacerdotal en el Seminario Interdiocesano “Santa Rosa de Lima” de Caracas. Los primeros ministerios, la “Prima Clerical Tonsura” y las Ordenes Menores (ostiario, lector, exorcista, acólito) lo recibe de manos de Monseñor Granadillo.
En la festividad de Cristo Rey, en la Iglesia Catedral de Valencia, el segundo Obispo de Valencia, Monseñor Salvador Montes de Oca, le otorga las Ordenes Mayores, la Sagrada Orden del Subdiaconado el 30 de octubre de 1927; Padilla es ordenado como Diácono en la capilla del Seminario “Santa Rosa de Lima” el 17 de diciembre de 1927, por el mismo obispo Montes de Oca. En la “fiesta de Pentecostés”  es Ordenado Sacerdote en la Iglesia Catedral de Valencia, el 22 de julio de 1928. Tenía 26 años de edad cuando recibe la sagrada misión sacerdotal y comienza a vivir intensamente su apostolado junto con su Obispo y el clero valenciano. El joven sacerdote Inicia su apostolado parroquial en la tradicional Iglesia de la Candelaria de Valencia. El 30 de abril de 1933 es nombrado párroco de la Parroquia de La Inmaculada de Montalbán; en 1938 es designado Vicario  de San Carlos de Austria, tenía bajo su responsabilidad a los pueblos de El Pao, Tinaco, Nirgua y Temerla (Yaracuy). En 1942 cumple funciones como párroco de la Parroquia “Nuestra Señora del Carmen” de Miranda-Carabobo. El 26 de julio de 1949 tomó posición canónica de la Parroquia San Pablo Ermitaño de Tocuyito. En ese año a los 47 años de edad y 21 años en el ministerio sacerdotal, había obtenido permiso del Pbro. Dr. Ramón Lizardi, Director del Servicio de Capellanía del Ministerio de la Defensa Nacional, para atender la capellanía Militar de la Base Naval de Puerto Cabello, que desempeñaba desde 1947.
Por la escasez de sacerdotes en la Diócesis de Valencia, el Padre Padilla, desempeñó ambos servicios, Párroco y Capellán Militar. En 1954 es párroco del Santo Cristo de Borburata. En 1957 es Vicario Foráneo de Puerto Cabello. En 1959 atendía también la Parroquia de El Palito. En 1960 el Obispo Adam lo nombra Juez Sinodal. Y a partir de esa fecha, recibe el título de Monseñor. En 1961 atendía la Parroquia “Nuestra Señora del Socorro” de Patanemo. Mons. Padilla ejerció la función de párroco de Borburata hasta 1979, fue asimilado con el grado de Capitán de Corbeta. A los 83 años de vida y 57 años como Sacerdote,  encontrándose en la ciudad de Orlando, Edo de Florida (EE.UU), fue llamado a la Casa del Padre Eterno en 1985.


Historia y Tradición
ALONSO DE OJEDA EN CIUDAD OJEDA
Eumenes Fuguet Borregales (*)
Navegante español, considerado el más importante después de Colón, nacido en la provincia de Burgos el año 1472; descubridor de Curazao, golfo de Venezuela y del lago de Maracaibo. Primer Gobernador del Nuevo Mundo nombrado por los reyes católicos, con extensión desde el Mar Caribe hasta lo más extremo del Sur del continente sin limitación geográfica alguna, dio el primer uso industrial del petróleo al calafatear sus naves con bitumen, tal como lo realizaban los indios. Realizó el primer mestizaje en el continente al casarse con Guaricha, una nativa de Coquivacoa a quien bautizó Isabel en honor a la reina española; construye en la Guajira el primer barco en América; considerado el primer conquistador del continente; es el primer navegante en recorrer por primera vez la costa venezolana.
Gracias a las influencias de Juan Rodríguez Fonseca, acompaña en 1493 a Colón en su segundo viaje, llegando a la isla “La Española”, hoy Santo Domingo. Al regresar a España consigue el patrocinio a través de las Capitulaciones con los reyes, para realizar su primera expedición que salió el 18 de mayo de 1499 desde el puerto de Santa María en Cádiz, siguiendo la ruta del tercer viaje de Colón, acompañado del navegante italiano Américo Vespucio y Juan de la Cosa, cartógrafo, quien realizó el primer mapa del nuevo continente y de Venezuela; la flota llegó a Trinidad, las bocas del Esequibo y del Orinoco, Isla de Margarita y Cumaná.
En sus toques costaneros para aprovisionarse de agua y frutos, tuvo que combatir contra los aborígenes ubicados en Puerto Cabello y Tucacas. Siguieron a Curazao denominándola Isla de Los Gigantes por la altura de sus aborígenes; pasó por Aruba y Bonaire. El 9 de agosto de 1499, día de San Román llega a la península de Paraguaná en el punto más septentrional de Venezuela, cabo de San Román. El 24 de agosto llegan a la entrada del lago de Maracaibo bautizándolo San Bartolomé, día de ese santo, al adentrarse al golfo observaron los palafitos que le recordó a Juan de la Cosa a Venecia; continúa hacia el Cabo de la Vela- hoy Guajira y Santa Marta, regresa a Santo Domingo para abastecerse y seguir a Cádiz, adonde llega en junio de 1500 con perlas, oro, esmeraldas y algunos aborígenes esclavos, entre ellos su esposa con quien procreó tres hijos, ella le servía de interprete durante su estada en las poblaciones indígenas, e inclusive le salvó la vida en varias ocasiones.
Con el nombramiento de gobernador de Coquivacoa salió en su segunda expedición hacia el Nuevo Mundo en 1502, donde recorrió el golfo de Paria y Margarita; regresa a Santo Domingo, allí es encarcelado durante dos años por las denuncias de sus acompañantes. De esa isla caribeña organiza en 1508 una tercera expedición, la cual fracasa por la falta de abastecimientos, por los ataques de los indígenas de la Guajira con flechas envenenadas y por la codicia de sus compañeros de viaje. Sin dinero y desmoralizado se aloja en el Monasterio de San Francisco en Santo Domingo, allí muere en 1515. Antes de fallecer, pidió ser enterrado en las puertas del templo, de manera que los fieles al entrar y salir lo pisaran en penitencia por los pecados cometidos durante su vida, especialmente por el asesinato de los indígenas.
Isabel, de noche lloraba frente a la tumba y realizaba sus oraciones guajiras, muere a los quince días; es enterrada al lado de su esposo por los sacerdotes franciscanos. Al profundizar la investigación, notamos, que sus restos no se encuentran en el Monasterio de San Francisco en Santo Domingo, cuya construcción data de 1505, actualmente está en ruinas. En 1965 con motivo de una insurrección, las tumbas fueron profanadas. Venezuela en tres ocasiones (1889,1942 y 1949), solicitó traer las cenizas, pero el gobierno dominicano negó la solicitud. Debido a los incendios petroleros que afectaban a Lagunillas, el Presidente Eleazar López Contreras,  funda el 13 de diciembre de 1939, día de Santa Lucía a Ciudad Ojeda.
El distinguido sacerdote agustino, historiador, acucioso investigador, educador, escritor de fina pluma y abogado Fernando Campo del Pozo, actualmente en Zaragoza; como párroco de Ciudad Ojeda desde 1964, se preocupó por recuperar las cenizas, a tal fin habló con su Eminencia el Cardenal Quintero y éste a su vez con las autoridades dominicanas, recibiendo respuesta negativa.
El padre Campo viaja a Santo Domingo en diciembre de 1981 para realizar las diligencias ante la Academia Nacional de Historia e instituciones oficiales y eclesiásticas, pudiendo recoger, registrar y traer a Ciudad Ojeda las cenizas, las cuales en acto público, se colocaron en un cofre de vidrio, bendecidas con agua del lago y cubierta con la Bandera Nacional por Monseñor Ramírez Roa, Obispo de Cabimas.

miércoles, 23 de enero de 2013



Trascendiendo la Historia Nro. 173
Don Joaquín de Mier y Benítez dueño de  San Pedro Alejandrino
Eumenes Fuguet Borregales (*)
Entregada su vida y  fortuna por entero con desprendimiento y nobleza, tras combatir por largos años al imperio español anclado en tierras americanas por más de trescientos años, Bolívar, quien liberó casi cinco millones de kilómetros cuadrados convertidos en un manojo de seis naciones libres; repudiado por muchos de sus compañeros de lucha, maltrecho física y moral. Había salido de Bogotá el 8 de mayo de 1830 con destino a Cartagena con la idea de embarcarse hacia Curazao, Jamaica y Londres para atender la maltrecha salud, pero no disponía ni dinero para sufragar los gastos, ni aguante físico para soportar la fatiga de la travesía mente. 
Gracias a las diligencias del Gral. Mariano Montilla, comandante del Departamento de Cartagena, debió ser trasladado a culminar su terrenal existencia, desde el puerto de Sabanilla, cerca de Barranquilla hasta Santa Marta, en el navío “Manuel” a la Casa de la Aduana, primera construcción de mampostería en América, decretada en 1975 “Casa de Bolívar”, allí llegó bajado en silla de mano el 1ro de diciembre y luego el 6 a la hacienda de San Pedro Alejandrino, ubicada a cinco kilómetros de la ciudad, propiedades de Don Joaquín de Mier y Benítez; nacido en Cádiz el 15 de abril de 1787, llegó a Cartagena en 1791 y a Santa Marta en 1802; designado capitán de milicias en 1817, casado con la neogranadina Isabel Rovira en 1819. Se adhiere a la causa emancipadora en 1820, sus barcos los facilitaba para transportar armas y pertrechos desde las Antillas. El Gral. Montilla en reconocimiento a los servicios prestados, lo asciende a teniente coronel en 1822 y a coronel en 1830. Bolívar le escribe a Don Joaquín el 17 de octubre agradeciendo la gentileza del hospedaje”.
El día 6 es trasladado  a la hacienda-ingenio San Pedro Alejandrino, donde recibirá los cuidados y atención permanente hasta sus últimos momentos, por parte del farmaceuta francés Alejandro Próspero Reverend con amplios  conocimientos de medicina, quien se negó a cobrar por sus invalorables servicios durante diecisiete días; como bien constan en los 33 boletines  publicados en París en 1866.
Se conformaba con ser denominado “El Último médico del Libertador”; el primer diagnóstico elaborado el 1ro de diciembre a las ocho de la noche fue: “Cuerpo muy flaco y extenuado, semblante adolorido, inquietud de ánimo constante, voz ronca, tos con esputos viscosos, pulso igual pero comprimido, digestión laboriosa”.
Al siguiente día en un breve recorrido por la hospitalaria casona, al llegar a la biblioteca, Bolívar Exclama: ¡Como¡ “Aquí está la historia de la humanidad”; al observar el libro  Don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes y Saavedra, expresó su conocida frase: “Jesucristo, Don Quijote y yo, hemos sido los grandes majaderos del mundo”. El día 10 dictó su Testamento y Última Proclama, esa noche recibió los auxilios religiosos por parte de monseñor José María Estévez, Obispo de Santa Marta. Antes de morir el 17 de diciembre, los recibió por parte del sacerdote Hermenegildo Barranco, cura de la cercana población de Mamatoco.
Don Joaquín no se separó del ilustre enfermo; el entierro se llevó a cabo con toda la solemnidad en la Catedral de Santa Marta en una bóveda facilitada por la familia Díaz Granados, donde permaneció hasta el 22 de noviembre de 1842, cuando fueron exhumados sus restos por parte del Dr. José María Vargas y Reverend en presencia de Don Joaquín, para  trasladarlo a Venezuela en el navío “Constitución”, cumpliéndose después de doce años. Parece mentira que nuestro gran Libertador no tenía ni camisa, ni donde ser enterrado;  además hubo que recoger 82 pesos entre los allegados para los gastos mortuorios.
Don Joaquín continuaría sus labores mercantiles, así como algunos cargos públicos, inclusive  fue designado Cónsul de Cerdeña en  Santa Marta, donde fallece  el 16 de agosto de 1861.

Hacienda  - ingenio de San  Pedro Alejandrino
Histórico sitio propiedad del comerciante y coronel de milicias, el español Don Joaquín de Mier y Benítez, heredada de su padre Manuel Faustino en 1813; fue el último albergue de nuestro Libertador, fallece en casa ajena después de haber nacido en cuna de oro y tenido una de las fortunas más grandes de Venezuela.
La hacienda-ingenio de San Pedro Alejandrino fue establecida en 1608, día de San Pedro de Alejandría por Francisco de Godoy y Cortesía, canónigo de la Catedral de Santa Marta, bajo el nombre de “La Florida de San Pedro Alejandrino”, en memoria al fraile español Pedro Godoy. El sitio histórico conocido actualmente como “El Santuario de la Patria”, con una extensión de veintidós hectáreas, fue adquirido el 9 de enero de 1808 por el padre de Joaquín, son fértiles tierras utilizadas en la siembra de la caña de azúcar con su trapiche y destilería para producir panela y ron, añejado en las bodegas ubicadas en un sótano; esta acogedora hacienda tuvo hasta quince propietarios.
En 1891  fue adquirida por el ejecutivo colombiano para su restauración y mantenimiento a cargo del Departamento del Magdalena, decretado “Santuario de la Patria”, donde funciona el Museo Bolivariano, allí se guardan con supremo celo, objetos que pertenecieron a nuestro máximo héroe.  En el patio se colocó una estatua traída de Génova elaborada en mármol por el conocido escultor Pedro Montarsolo. Para darle la majestuosidad al augusto lugar se construyeron en 1941 “El Altar de la Patria” y la “Plaza de las Banderas Bolivarianas”.
Se inauguró en 1947 la biblioteca del doctor Reverend, cuyos restos reposan en la capilla; en la residencia se encuentra la pequeña farmacia que utilizó el diligente y abnegado francés.