Historia y Tradición
SEBASTIÁN FRANCISCO
“LIBERTAD” MIRANDA
Eumenes Fuguet Borregales (*)
El 28 de marzo se conmemora un
nuevo aniversario del natalicio del paisano más universal, primer general en jefe
de nuestra Venezuela Heroica; único militar en el mundo que ha luchado en tres
continentes; precursor del derecho al voto de la mujer; precursor de la Reforma
Agraria y de las condecoraciones en Venezuela, su presencia en bronce en Valmy,
con la inscripción de “Miranda Libertador de Francia”; su retrato en el palacio
de Versalles, único americano cuyo nombre está inscrito en el Arco de triunfo
de París desde 1834.
Primer americano con amplia
visión de independencia e integración, estuvo presente en las tres grandes
revoluciones de su época, es decir: la norteamericana, la francesa y la
hispanoamericana; periodista, políglota, poseedor de una de las bibliotecas más
completas en su tiempo.
Miranda trajo la primera
imprenta, fue pianista, violinista, compositor, perseverante en sus ideas y
gran soñador. En la búsqueda de la libertad visitó palacios y también
prisiones; es el padre indiscutible de la masonería hispano americana.
El origen canario de su padre don
Sebastián, lo colocaba en desventaja ante los españoles peninsulares, por eso,
después de haber recibido una esmerada educación en la Universidad de Caracas,
en 1771, a los 21 años se trasladó hacia la metrópoli, donde compró por 85.000
reales de vellón el grado de capitán y designado al regimiento de la Princesa
para cumplir en diciembre de 1774 operaciones en Melilla, al Norte de África,
contra los moros; allí recibió su bautizo de fuego.
El año 1780 siguió hacia La
Habana; en 1781 fue enviado a la Florida donde participó en la recuperación de
la región de Pensacola en posesión de los ingleses. Por su valor fue ascendido
a teniente coronel. En Pensacola le vino a la mente la concepción de formar una
gran nación llamada Colombeia, en homenaje al descubridor.
En Norteamérica entabló amistad
con George Washington, Samuel Adams y Manuel Lafayette. En diciembre de 1784 se
dirigió a Inglaterra para solicitar apoyo para su afán de emancipar al nuevo
continente; hablaba seis idiomas y traducía del latín y griego.
Leía a los principales filósofos
de la época. Cual Quijote buscando molinos, recorrió en Europa más de cien
ciudades, llevaba un minucioso diario donde anotaba las impresiones que
observaba en los hospitales, museos, cárceles y bibliotecas, En febrero de 1787
conoció a la reina Catalina de Rusia quien lo autorizó colocarse el uniforme de
coronel del regimiento de coraceros.
En 1792 se incorporó a la
revolución francesa, su férrea voluntad le permitió ser ascendido a mariscal de
campo; en Valmy, mereció el grado de general de los ejércitos franceses. En 1795
conoció a Napoleón Bonaparte con quien cenó y recibió la siguiente expresión:
“Miranda lleva el fuego sagrado en el alma”.
En 1798 fundó en su casa de
Londres la Logia Gran Reunión Americana, cuna de las futuras logias Racionales
y Lautarinas. En 1800 vivió en Londres con su ama de llaves Sarah Andrews, con
quien tuvo a Leandro y Francisco. Antes de viajar en su afán emancipador,
redactó su testamento donde dejó sus clásicos a la Universidad de Caracas,
“Siempre que se haga independiente”.
El 2 de septiembre se trasladó a
Norteamérica, donde pudo adquirir y apertrechar una corbeta a la que le puso el
nombre de Leander. Zarpó de Nueva York el 2 de febrero de 1806, en el puerto de
Jacmel en Haití se le unieron las goletas Bee y Bachus; el 12 de marzo, al amanecer,
izó la bandera tricolor; también izó la insignia de: “Muera la tiranía y viva
la libertad”.
El 24 de marzo juramentó a la
tripulación de unos doscientos expedicionarios, quienes zarparon ese día, en
busca de la ansiada libertad. Las goletas Bee y Bachus fueron avistadas y
capturadas el 28 frente a Ocumare de la Costa; Miranda con mejor suerte pudo
escapar hacia Trinidad, donde consiguió apoyo para navegar a la Vela de Coro,
allí colocó el 3 de agosto de 1806 la bandera en el fortín San Pedro; la cual
flameó victoriosa por primera vez en tierra firme.
El día 4 Miranda llegó a Coro; la
población había desocupado la ciudad y huido hacia las montañas; Miranda colocó
la bandera de la redención en la iglesia parroquial, hoy Catedral. Nuestro
Precursor llevaba en su mente y corazón un pensamiento de Miguel de Cervantes y
Saavedra, autor de “Don Quijote de la Mancha”:
“Fuerte cosa es hacer esclavo a quien Dios y la naturaleza hicieron
libre”.
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